El episodio central ocurrió por la tarde del lunes en una clínica en la capital del estado, a unos 120 kilómetros de Ciudad de México, en donde un comando agredió a un grupo de personas.
“Se encontraron los cuerpos sin vida de tres hombres y una mujer, quienes fueron agredidos por disparos de arma de fuego por sujetos desconocidos”, explicó la fiscalía en un comunicado.
La dependencia agregó que “la línea de investigación es ajuste de cuentas entre bandas dedicadas al robo de hidrocarburo”.
Además, identificó a uno de los fallecidos como un líder del robo de combustible en la región, quien se encontraba en la clínica como parte de un tratamiento de cirugía plástica, aunque se reservó la identidad.
Según fuentes de la fiscalía que pidieron el anonimato, una enfermera y dos menores de edad fueron perdonados por los sicarios en el sitio.
La autoridad investigadora también relacionó a esos mismos sicarios con otras tres muertes de personas a quienes ultimaron para robarles sus vehículos.
Más temprano, cinco personas murieron en lo que las autoridades presumen fue también un enfrentamiento entre bandas dedicadas a la venta de combustible robado. El choque ocurrió en Tlaltenango, unos 130 kilómetros al sureste de la capital mexicana.
“En el lugar se levantaron cuatro cadáveres con lesiones de arma de fuego y se encontraron casquillos de AR-15 (proyectiles de alto poder)”, mientras que la quinta víctima falleció en un hospital regional, especificó la fiscalía de Puebla en un comunicado.
Una de las víctimas no estaba relacionada con el robo de combustible, pues era un vendedor de ganado que se encontraba en el sitio de manera fortuita.
Los enfrentamientos entre delincuentes dedicados a esta actividad por el dominio de la zona se intensificaron en semanas recientes, pues operativos militares y policiales hicieron que el combustible robado sea menos abundante y las entregas más complicadas.
Aumenta el asesinato contra religiosos en México
El aumento de asesinatos de sacerdotes coincide con un repunte de la violencia que afecta a todos y que deja hasta el momento más de 21.000 muertos en lo que va de 2017, uno de los más violentos de los últimos años según el periódico El País.
La violencia contra religiosos incluye dos hitos recientes: el asesinato hace unos meses de un sacerdote en plena misa en la Catedral y la explosión de un artefacto en la arquidiócesis. A ello se añaden dos récords: México es el único país en el que ha sido asesinado un cardenal y es, por noveno año consecutivo, el país en el que hay más sacerdotes asesinados, sin existir una guerra.